Fue una exposición temporal que traza un itinerario a partir de los relatos sobre la llamada Gran Aceleración, como advenimiento de un eventual sexto episodio de extinción masiva, así como sus correlatos en los imaginarios y las figuraciones apocalípticas que se produjeron en el terreno de las cosmologías modernas, y sus posibles vínculos con el complejo narrativo generado por la tradición escatológica judeocristiana que, en el caso mexicano, habría funcionado también como herramienta para modular los mecanismos categorización mesoamericanos, articuladores de las cosmologías y visiones que lo grupos humanos, presentes entonces en el territorio mexicano, tenían sobre sucesos o potenciales eventos que pondrían fin al mundo.
Para esta exposición se presentaron más de 150 objetos paleontológicos, arqueológicos, históricos, etnográficos, documentales, gráficos, pictóricos, fotográficos, fílmicos, audiovisuales y artísticos.
La obra de Rafael Cauduro participó en esta exposición con 2 piezas, “Sodoma y Gomorra” de 1985, que pertenece a la colección privada del artista y “24 y entonces Jehová hizo llover” de 1996, que pertenece a la Colección Pago en Especie de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Ambas piezas relatan la destrucción de Sodoma y Gomorra según la tradición judeocristiana:
“…. 24 Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; 25 y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. 26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal”.
Esta visión destructora que nos ofrece Cauduro nos da una muestra de los que podría ser el final de los tiempos. Tal como sucedió en Sodoma y Gomorra.